El duelo

El duelo es un proceso de adaptación emocional que sigue a cualquier pérdida.

Vivimos pensando que somos inmortales y que todo dura “toda la vida”, la salud, un trabajo, una relación, un amigo, el padre, la madre, la mascota… etc. Sin embargo, cada día es diferente al anterior y cada día hay algo que muere y algo que nace. Esto no quiere decir que, aun sabiendo que todo tiene un fin, no suframos ante la pérdida de algo/alguien.

Por tanto, cuando nos enfrentamos a una pérdida, entramos en el proceso de duelo y pasamos por cada una de sus fases.

Las fases del proceso de duelo son cinco:

Negación, rabia, negociación, depresión y aceptación.

Negación: Como su nombre indica, es la fase en la que negamos lo acontecido. Negamos la realidad, aunque esta negación no se puede sostener en el tiempo pues choca con lo real. Lo que se fue, ya no está.

Rabia: Se produce como consecuencia de la frustración que sentimos ante la imposibilidad de no haber podido hacer nada ante la pérdida ni revertir la situación. Buscamos responsables, culpables y nos convertimos en víctimas.

Negociación: En esta fase cada uno se acoge a lo que le da fuerzas para seguir luchando. Utilizamos la fantasía de poder solucionar y tomar el control de lo que acontece y hacemos promesas de cambio si la situación variara. Principalmente ocurre ante situaciones de enfermedades largas y terminales.

Depresión: En esta etapa aparece una fuerte tristeza, dejamos de fantasear y volvemos al presente sintiendo un vacío interior porque nos damos cuenta de que lo que se fue, no está, no volverá.

Aceptación: Es la última fase, sin embargo, no todas las personas llegan a esta fase. Hay personas que solo se resignan a vivir con la pérdida, sin aceptarla.

Alcanzar la aceptación de la pérdida es necesaria para vivir un duelo “sano” pues esto supone un cambio de visión en el que asumimos que la pérdida es inevitable.

 No se sigue siempre este orden concreto y no todas las personas en proceso de duelo atraviesan las cinco fases. A veces nos quedamos estancados en una de ellas y somos incapaces de seguir. Es, en este momento, en el que debemos buscar ayuda para seguir adelante con nuestra vida.

Importante destacar, que cada persona vive la pérdida como puede y/o sabe y debemos recordar que el proceso de duelo es duro, largo y depende de muchos factores.

Si estas pasando en estos momentos por alguna circunstancia difícil, párate a pensar qué emoción domina tu interior. Déjate sentir esa emoción, toma consciencia de ello para gestionarlo con más calma, y sentirás que desaparece la ansiedad y el miedo y lo convertirás en serenidad y paz.

 

Felicidad García - Terapeuta Gestalt

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