¿Qué es la ansiedad?
La ansiedad es un estado mental que se caracteriza por una gran inquietud, una intensa excitación y una extrema inseguridad.
La ansiedad podemos tratarla como una emoción y va acompañada de otras emociones como la angustia, el miedo, la inquietud, la tensión, la preocupación. A veces confundimos la ansiedad con el miedo y el miedo con la ansiedad. Ante un episodio de vida traumático o difícil, es probable que el miedo lo transformemos en ansiedad.
Cuando la ansiedad está asociada a los miedos, nos sirve de “alerta” ante situaciones amenazantes. Es, en este caso, un mecanismo de defensa. La función de la ansiedad, desde esta perspectiva es movilizar el organismo, mantenerlo en alerta para poder intervenir en situaciones de riesgo. La ansiedad vs miedo nos moviliza ante escenarios de pánico y nos hace actuar en defensa de nosotros mismos, tomando las medidas precisas para neutralizar el riesgo o el peligro que nos pueda acechar. La ansiedad tomada desde este punto de vista es sana.
Sin embargo, existen factores que transforman la ansiedad “sana” en una patología. Este tipo de ansiedad no es eficaz, nos afecta en el día a día, creando fobias, obsesiones, manías y haciéndonos infelices.
Los factores que transforman la ansiedad sana en insana son, entre otros, el miedo al miedo, resistencia al estrés, el estilo de vida, situaciones vividas como desbordantes y no asumidas, acontecimientos vitales, obstáculos para conseguir los logros, consumo de estimulantes o drogas, pérdidas de facultades que dificultan la resolución de problemas, hacer conflictivas situaciones que no lo son, etc.
Es muy importante, que nos demos cuenta de dónde estamos cuando sentimos la ansiedad y desde ahí poder abordarla. Si somos capaces de detectar en qué punto nos encontramos y observar en qué ocasiones nos pasa, es muy probable, que ese monstruo que está dentro de nosotros desaparezca.
Los métodos más usuales para combatir la ansiedad son la relajación, la meditación y la respiración.